miércoles, 10 de diciembre de 2008

Te Deseo

Se acerco a ella por la espalda rodeándola con sus brazos, alrededor de su cintura, ella le sujeto por los codos mientras ladeando la cabeza la deposito en su pecho. La apretó fuerte, apoyando la cabeza sobre la suya y respirando profundamente el olor de su pelo. Fueron minutos intensos de respiraciones profundas, de ojos cerrados y cuerpos abandonados.

Sabía que nunca se lo dijo y el momento era propicio, acerco su boca a su oído y lentamente, como un susurro, mientras sus manos se deslizaban por aquel cuerpo, despacio, pero con rumbo fijo, la dijo:

— Te deseo.

Ella suspiro profundamente inhalando hasta la ultima gota de oxigeno mientras apretaba con fuerza aquellos brazos, abriendo los ojos lentamente soltó el aire que la oprimía el pecho, mientras sus hombros se movían de un lado a otro. Sus cuerpos bailaban al son de una coreografía no ensayada, sus movimientos,  llenos de armonía invitaban ha imaginar una música que solo ambos escuchaban, las manos de él avanzaron traspasando las prendas que escondían sus más recónditos secretos, mientras ella, abandonada al ritmo de su personal música permito que el traspasara todas sus fronteras.

Tras escasos minutos su coreografía cambio y ella tomo parte activa de la misma, su boca buscaba la de él con cierta furia, mientras sus brazos no permitían el mínimo resquicio entre sus cuerpos, sintiendo la dureza de su masculinidad en su propio territorio.

Lo miro a los ojos, fueron escasos segundos, y sus labios se fundieron en un largo y húmedo beso.



(...)“Se trata de hombres de diversas estirpes, que profesan diversas religiones y que hablan en diversos idiomas.Han tomado la extraña resolución de ser razonables.Han resuelto olvidar sus diferencias y acentuar sus afinidades. (...)


Jorge Luís Borges.