martes, 23 de marzo de 2010

A Sofia, cuyos fogones no dejan de sorprendernos.

Todos la esperábamos. Las cenas sin ella ya no tenían sentido. Sabíamos que ha lo largo de la noche haría su entrada y como siempre, su presencia no nos pasaría inadvertida.

Monopoliza nuestros encuentros y acapara el protagonismo del momento. Sus tonos rojizos y vivos delatan la frescura de su materia prima, su textura y su sabor convierte nuestros encuentros en el delirio de nuestros sentidos.

Ahí está. Compartiendo espacio con salsas y bacalao, su rojo sangre nos contamina una vez más captando nuestra atención. Nos doblegamos ante la majestuosidad de su sabor, su olor, su textura, su color. Hundimos las yemas de nuestros dedos profanándola y saboreamos su intensidad, sin la más minima norma de urbanidad y cortesía.
"(Mermelada de Pimientos)... receta preguntar a Sofia"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de años dormido este poema, poesía o ..., no sólo cocino sino que también escribo.


SE DURMIÓ LA NANA


Un grito de mujer,
rasga la luna de plata.

Mil estrellas miran,
con ojos negros de gata.

Y en el sueño de una madre
una rosa se marchita en su vientre.

Mientras ella inicia su danza,
grotesca danza de muerte.

Jirones de nubes reclaman,
desde la bóveda celeste,
un lugar en su cama,
para acunar al niño,
que no nacerá mañana.

Tembló en su sueño y despertó,
y un reproche en su boca,
se tornó compasivo anhelo de loca.

Con todas sus fuerzas pide un hijo,
pero nadie la escucha.
Nadie.

En el silencio de la noche,
la brisa que el alba recorre,
arrastra consigo el susurro de una nana.

Amaneció de nuevo la mañana,
con la cara del sol color naranja,
traía bajo el brazo noticias de la esperanza.


(...)“Se trata de hombres de diversas estirpes, que profesan diversas religiones y que hablan en diversos idiomas.Han tomado la extraña resolución de ser razonables.Han resuelto olvidar sus diferencias y acentuar sus afinidades. (...)


Jorge Luís Borges.